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junio 05, 2003

Una visita a Península

18 horas de micro! Hay que tener ganas de bucear para estar 18 horas pegado al asiento de un mini-bus, pasar 48 horas en el centro de buceo y volver por el mismo medio.
Pero así se tienen quizás las mejores experiencias grupales. Uno se conoce lo suficiente antes de tocar el agua, como para no sentir el temor a bucear con el "buddy" que nos toque en suerte 5 minutos antes de subir a la lancha. También es mas probable que al volver de cada inmersión el compartir experiencias sea mucho mas fácil, y ni hablar que el viaje de vuelta, si el cansancio lo permite, sirve para intercambiar unas cuantas direcciones para organizar nuestra próxima salida.
El hecho es que salimos el Jueves a las 20:00 de Buenos Aires en dos mini-buses de 11 pasajeros cada uno. En uno el contingente de buzos, en el otro el que haría avistaje de ballenas.
Una buena provisión de sueño convenientemente acumulado la noche anterior, mucho mate (típica bebida argentina), unas camperas con polar como si fuéramos a la Patagonia en pleno invierno (de hecho fuimos en invierno) y listo, todo preparado para el viaje.
Los 1500 kilómetros pasaron volando, o rodando mejor dicho, y salvo el sector de ruta de la provincia de Río Negro, que parece salido de la época de la colonia (por lo roto, no por lo pintoresco), el viaje resultó muy placentero.
Abonados los $7 ($1 = u$s1) por persona para entrar a la Península, ya casi nos sentíamos en clima: muchos rebaños de ovejas, algún grupo de guanacos y un típico paisaje patagónico. Todo esto, claro está, acompañado por un sol brillante y mucho frío. 70 kilómetros mas adelante, a las 14:00 del Viernes, se asomaba Puerto Pirámide tras una curva. Muchos recuerdos afloraron repentinamente para los que ya habíamos estado aquí. Sólo 200 habitantes, protegido por riscos y lleno de fósiles, es hoy un excelente destino para los amantes de la naturaleza y la paz.
Pero por supuesto que hay dos alternativas principales para el turismo en la villa, el avistaje de ballenas, actividad de culto por parte de turistas europeos, y la actividad que nos concierne, el buceo.
Por la época del año en que fuimos, se podían juntar las dos, pero ello no sería tan sencillo, como veríamos mas adelante.
Pablo, el organizador del viaje, nos repartió en tres grupos, ya que la capacidad hotelera es limitada, mas durante estos meses. Por supuesto que ningún lugar queda a mas de 5 cuadras de otro, por lo que esto no resultó ser ningún problema. A nosotros nos tocó en suerte una cabaña con una salamandra (una estufa a leña), que probó ser mas que efectiva para combatir en frío patagónico, a sólo 20 metros de "El Monasterio", el living de Laura y Kako.
Está comprobado que una causa de accidentes en buceo es la mala preparación física, o al menos el cansancio. A nosotros esto último nos daba un poco de temor, pero la mayoría había logrado dormir bien en el viaje así que al final sólo nos acentuaría el frío. Con 10° de temperatura ambiente y 10° en el agua, la decisión era obvia: mejor abajo. Por lo que 20 horas después de aspirar el smog de Buenos Aires, estábamos embarcados rumbo a Punta Pardelas, uno de los sitios preferidos por estos lares, en la lancha de la operadora Península Valdés Buceo-Aventura.
Fue mi primera experiencia con ballenas (aparte de Discovery Channel claro está) por lo que verlas saltar fuera del agua mientras hacíamos el viaje de 20 minutos hasta el lugar de buceo, fue algo que no olvidaré.
25 minutos de inmersión no parecerá mucho, pero dadas las condiciones fue un lapso ideal. Vimos meros, turcos y salmones, una diversidad de algas de todos los colores, estrellas de mar y por supuesto montones de fósiles. Las que se hicieron desear fueron las ballenas, con las cuales no está permitido bucear, como es sabido, pero que cada tanto hacen su aparición cuando uno está sumergido y es un regalo imposible de rechazar. Esta vez lo hicieron 5 minutos después de que el último buzo estaba en cubierta, pasaron debajo de la lancha y desaparecieron tan rápido como llegaron. Uno se pone a pensar en la suerte que le toca: si tan solo me hubiera quedado 10 minutos mas en el agua... Madre y cría sólo nos mostraron sus salidas a respirar y su majestuosidad por cierto muy evasiva. Pero pasados esos momentos, lo único en lo que pensábamos era en comida, por lo que acordamos reunirnos a las 20:00 en El Monasterio, luego de una limpieza de equipos y una ducha caliente.
El Monasterio es, como decirlo, un punto de encuentro, un lugar de reunión. Allí concurren locales y turistas a disfrutar de un enorme hogar a leña, música mas que agradable, una biblioteca sobre el océano con algunos ejemplares notables y, no menos importante, una comida deliciosa preparada por Laura.
Un buen vino, cholgas a la provenzal y filete de merluza con salsa española y a disfrutar del clima amable que reinaba con un café. Y a dormir, por favor! El día siguiente se mostró hostil, con un viento que se sentía desde la cama, por lo que levantarse a las 8 como correspondía, fue un tanto difícil. Dicho y hecho, el viento hizo que se cerrara el puerto, por lo que, entre el café del desayuno, se decidió hacer un viaje a Puerto Madryn (95 Km.) y partir desde allí.
Del otro lado del golfo, el viento era casi imperceptible, el sol calentaba el aire y el día comenzó a cambiar su cara. Ya embarcados hacia el Albatros, y durante toda la maniobra antes de sumergirnos, alcanzamos a observar colas y aletas de unas ballenas que nos saludaron durante largos minutos.
El Albatros, por cierto, es un buque pesquero de 30 metros, hundido artificialmente en 1998, que yace a unos 24 metros de profundidad. Salvo por el limo removido por los principiantes del grupo, la visibilidad era excelente, pudiéndose observar en su interior el baño completo.
Durante el viaje de vuelta a Puerto Pirámide, se comenzó a planificar el buceo nocturno. El clima había mejorado, el cielo estaba ya despejado y el viento había amainado, por lo que las condiciones eran propicias para el nocturno.
A las 19:00 partimos hacia Playa Pardelas, acompañados por Kako y su jeep, ya que la distancia a recorrer era de 15 Kilómetros, por un camino no asfaltado y donde había llovido algunos días atrás. El viaje en si fue una pequeña aventura, con el camino cortado por charcos de agua, mucho barro y algunos pequeños animales cruzando inesperadamente.
Pero, gran decepción, el clima patagónico nos jugaría una mala pasada. Playa Pardelas es un buceo de playa, no embarcado, y el viento que se había levantado durante nuestro viaje hacía imposible ingresar al agua, por lo menos sin poner en serio riesgo nuestra integridad física, ya que las olas eran a esa altura mas que apreciables.
Debiéndonos conformar con un cielo límpido, superpoblado de estrellas y un paseo por la playa, regresamos a El Monasterio por nuestra cena.
El día siguiente sería el último del viaje, por lo que las vieiras gratinadas y los ñoquis caseros (pasta) con salsa de camarones fueron disfrutados de forma especial. Se repartieron los diplomas a los recién egresados, se bailó hasta tarde y por sobre todas las cosas, se compartieron las experiencias del día.
Alguno incluso volvió mas obsesionado con los fósiles que con el buceo.
A propósito, que difícil es hacer comprender que aunque lo que uno toma del fondo marino "esté muerto", forma parte del ecosistema y cumple un rol fundamental en la preservación del medio. Ese mismo buzo, que hoy saca algo del fondo, el año que viene no podrá disfrutar de algo que quitó otro buzo como él. Es como ir al museo y quitar una parte de una escultura! Podría seguir con las analogías y pensamientos, pero si de algo estoy seguro es que no todos creen esto, pero deberían. Quizás las escuelas de buceo deberían dedicarse un poco mas a la preservación de los lugares que visitan sus alumnos y un poco menos a que computadora de buceo que está de moda.
Ultimo día, último buceo, y fue finalmente desde Playa Pardelas, ya que Puerto Pirámide seguía cerrado por el viento Sud-Oeste.
Es apreciable la diversidad de flora y fauna que hay en estas latitudes. Es diferente al Caribe, por supuesto, pero la visibilidad es magnífica y buscando adecuadamente se pueden apreciar anémonas, algas de un color rojo sangre y algunos meros. Y esta vez nos acompañó en nuestro buceo un lobo de mar. Juguetón con varios de nosotros, vino, miró curioso y se fue.
La vuelta a Buenos Aires no vale la pena contarla, no porque no halla nada que decir, sino porque prefiero quedarme así, con la vista inundada de Patagonia, bien agreste. Y con la luneta llena de ganas de ballenas, algún lobo marino y mucha soledad. Que tendrá Puerto Pirámide, no? Es como un imán que lo hace sentir a uno incómodo en otro lado. Toda la Patagonia tiene esa mezcla de amplitud, soledad y compulsión a mirar dentro de uno.

Calificación:
Organización: Muy bueno. Se hizo todo lo convenido en los horarios acordados. Y ante los inconvenientes Pablo es un "swis knife", si me permiten la expresión. Viaje: Regular. Muy largo por tierra. Por avión los horarios son poco convenientes.
Alojamiento: Muy bueno. Desde habitaciones para dos con romántica salamandra, hasta cabañas para seis.
Comida: Excelente. El Monasterio es un clásico de Puerto Pirámide y Laura se lleva un 10.
Operadora: Muy bueno. Kako simplemente no permite que te vayas sin bucear.
Lugar: Excelente. Si te gusta la Patagonia, abajo del agua igual de agreste. Y en que otro lugar vas a tener la posibilidad de estar cerca de una ballena franca o un lobo marino?
Precio: Muy bueno. Excelente fin de semana largo por menos de $400, all inclusive.

Datos:
Puerto Pirámide está 1500 Kilómetros de Buenos Aires, en Península Valdés, provincia de Chubut, Argentina.
Por avión se puede ir en Aerolíneas Argentinas o LAPA hasta Trelew y por Dinar hasta Puerto Madryn.
Organización de Viajes: Pablo D'Horta TE.: 4844-6626
Operadora: Península Valdés Buceo-Aventura TE.: 54-2965-495-114-031

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Originally posted by bre 06/17/2003 09:31:42

Que recuerdos!!! Q ganas de volver!!!
Y además ahora están las ballenas
Tienen que conocer ese rinconcito de Patagonia que es Puerto Pirámides

1:38 p. m.

 
Anonymous Anónimo said...

Originally posted by Ana 07/16/2003 11:08:47

aaaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyyyy!!!!!!!!! sí, claro que sí!!!! pero.... ¿cuándo? ¿cuándo encontraremos el tiempo suficiente para hacer un viajecito con vosotros?

1:39 p. m.

 

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